martes, 9 de agosto de 2011

La Soledad no es sentirse solos


La soledad no es necesariamente mala ni significa forzosamente tristeza o aislamiento. Sean cuales sean nuestras circunstancias, la vida nos reta a apreciarla en todos sus matices y está en nosotros victimizarnos o afrontar la soledad como la oportunidad de romper la ilusión de nuestra mente que aparentemente las personas sólo somos mitades, cuando en realidad somos seres completos.

Podemos valorar a la soledad desde la perspectiva de:
La soledad como el tiempo y espacio para cuidar de nosotros mismos y consentir nuestro cuerpo
La soledad como espacio de reflexión que nos permite madurar y definir a fondo nuestra propia identidad
La soledad como oportunidad de transformar los momentos aburridos y poder ser más creativos
La soledad para aprender a estar con uno mismo y a disfrutar de nuestra propia compañía.
La soledad para escribir poesía, ver un atardecer o simplemente tomarse una siesta.
La soledad para mirarnos al espejo y descubrir que somos únicos e increíbles
La soledad que nos da el espacio para ejercitarnos y cuidar de nuestro cuerpo.
La soledad como indispensable para establecer contacto con lo más profundo de nuestro ser
La soledad para orar, meditar y profundizar mi comunicación con Dios
La soledad para expresarnos artísticamente en la manera que más disfrutemos.
La soledad como oportunidad de conocernos y meditar sobre nuestra vida para sanar las heridas que llevamos dentro
La soledad como la compañera esencial en los momentos de crecimiento y reflexión
La soledad como gratificación de disfrutar la desbordante presencia de uno mismo, donde no hay necesidad de nadie más.
La soledad para descubrir y desarrollar nuestras habilidades personales
La soledad para aprender a disfrutar del silencio y valorar los pequeños detalles de la vida
La soledad como un momento de libertad personal y ser totalmente auténticos.

Fernando Yon